lunes, 23 de septiembre de 2013

El grano de arena, la perla y las profecías autocumplidas



Sabían ustedes que una perla se demora aproximadamente 10 años en formarse dentro de un molusco bivalvo como una ostra? Y que lo que gatilla la formación de una perla es la entrada de un "cuerpo extraño" dentro del molusco, como un pequeño grano de arena?
Lo que sucede a continuación es que el molusco, que reconoce este grano de arena como un "cuerpo extraño", reacciona cubriéndolo con una sustancia conocida como nácar (mezcla de proteínas y cristales de calcio), que lentamente se va depositando, capa sobre capa, en este grano de arena hasta que este largo proceso da como resultado una perla.
Estas perlas pueden ser de muchos tamaños, colores, texturas y formas. Obviamente no todas las perlas son consideradas como "preciosas" sino que su valor va aumentando en la medida que estas tengan una textura y forma simétricas (perfectamente redondas y lisas), de buen tamaño, ojalá con colores y brillo fuera de lo común...
Interesante no?
Da como para pensar: 
Esto se parece mucho a lo que sucede con las creencias en las personas.

Resulta que gran parte de lo que somos, de nuestra personalidad, del tipo de proyectos en los que nos involucremos en la vida y el éxito que logremos en ellos, se debe al tipo de creencias que dejamos que se instalen en nuestra psiquis.
Si desde muy niños se nos instala la creencia de que somos excelentes en los deportes, lo más probable es que le dediquemos mucho más tiempo a este tipo de actividades, que nos termine gustando hacer deporte y esto va a dar como resultado que seamos cada vez mejores en actividades deportivas. Algo así como un circulo virtuoso que da como resultado una profecía auto cumplida.
Esto mismo ocurre a todo nivel, en todas las áreas y en todas las personas.
Lo más probable es que lo que si nos ponemos a hurgar en la psiquis de, por ejemplo, un experto mundial en física, nos encontremos con una creencia a muy temprana edad de que: "la física es muy entretenida y soy muy bueno en esto". Esta creencia apoyada en muchas horas de estudio, experimentación y logros van conformando la convicción de que "soy bueno para esto, la física es lo que me gusta y es aquí donde tengo que estar".
El tema es que muchas veces nuestras creencias nos llevan en otra dirección y se tornan tremendamente limitantes. 
Por ejemplo, si desde niños nos están diciendo (o nos estamos diciendo) que somos pésimos para los deportes o las matemáticas, que la historia es aburrida, que no servimos para el estudio o simplemente que somos feos, tontos o "poca cosa", lo más probable es que estas aseveraciones a poco andar se transformen en creencias y estas creencias luego se transformen en convicciones... Y de ellas depende todo lo que siga en adelante en estas vidas, así de importante este tema.
Por lo tanto las creencias son como ese "cuerpo extraño", como ese grano de arena que ha entrado en una ostra, que lentamente en el transcurso de muchos años se va transformando en una convicción, y luego en un rasgo de personalidad que es muy difícil de poder cambiar.
La "perla" que se vaya a formar al final de este proceso puede ser considerada como una perla "preciosa" o como una perla sin valor dependiendo del tipo de cuerpo extraño que dejamos entrar en nuestra mente.
Esto es especialmente relevante para los que trabajan con niños o simplemente tienen uno a su cuidado. Las creencias positivas o negativas que se instalan en la psiquis de los niños realmente pueden hacer la diferencia entre un niño depresivo, con baja autoestima, con malas habilidades sociales y sin ganas de triunfar o transformar a un niño en un líder, en una persona exitosa y con mucho que aportar a la sociedad.
Todo depende de un simple grano de arena...

No hay comentarios:

Publicar un comentario