viernes, 3 de diciembre de 2010

Menos a veces es más...

Generalmente uno piensa que la cantidad de trabajo es directamente proporcional a la cantidad (y calidad) de los logros que tenemos.
Algo así como que mientras más cosas hacemos, más cosas logramos, más proyectos finalizamos y más productivos somos, más nos realizamos y más felices somos!
Pero siempre hay algo raro con el final de esta historia...
En un post anterior de este blog se abordaba el tema de los "trabajólicos" y vimos que en el caso de ellos se cumple la regla de que mientras más hacen, menos producen y menos felices son!
Puede sonar raro y contraintuitivo pero es así.
Qué pasaría si por una semana nos propusiéramos:
-Menos trabajo, Más entretención
-Menos TV, Más lectura
-Menos shopping, Más outdoors
-Menos consumo, Más creación
-Menos análisis, Más síntesis
-Menos comida chatarra, Más comida casera
-Menos auto, Más caminatas
-Menos sofá, Más ejercicio
-Menos ruido, Más silencio
-Menos ceños fruncidos, Más sonrisas
-Menos discusiones, Más conversaciones
-Menos hablar, Más escuchar
-Menos bocinazo, Más dar la pasada
-Menos desorden, Más espacio
-Menos complejidad, Más simpleza
-Menos mirar al futuro, Más mirar al presente.

Suena Idealista? Incompatible con nuestras vidas? Naiv? New Age? Zen?
Quizás...  Puede ser...
En todo caso me gusta la idea de terminar un año complicado, aplicando aunque sea UNO de  estos puntos. Probablemente si lo aplico por más de una semana se vuelve un hábito.
Y creo que un buen hábito nunca está de más...
Así de simple.

2 comentarios: