miércoles, 18 de enero de 2012

El elefante, el jinete y el cambio de hábitos... Por qué nos cuesta tanto cambiar?

"El progreso es imposible sin el cambio..."
                                                                                                           (George Bernard Shaw)
-Ya! Se acabó! Mañana mismo comienzo mi dieta!
-Cof, Cof, Cof, mmmmm, parece que estoy fumando mucho... debería dejar de fumar...
-Ufff, no tomo más. Ahora sí que sí! Lo juro!
-Si... debería comenzar a hacer ejercicio, estoy demasiado gordo!
-Esto de andar gritoneando a todo el mundo no está bien. Debería controlarme un poco más...
-Ya, está bien que sea Hipertenso, pero como no voy a poder comer NADA con sal??? Y más encima tener que tomarme TODOS los días esta pastilla y hacer ejercicio todas las semanas!!! Mi doctor se habrá vuelto loco??? (reemplace "Sal" por "Azúcar" y tiene la versión "Diabético").

El CAMBIO (así, con mayúsculas) creo que es uno de los fenómenos más transversales, complejos y relevantes que existen y, paradójicamente, uno de los menos estudiados en términos científicos o por lo menos de manera "seria".
Y digo que es relevante porque el CAMBIO está (o debería estar) en el epicentro mismo de muchos de los problemas que nos aquejan a todos nosotros en lo personal y también en problemas que nos afectan a un nivel más poblacional o masivo.
Arriba graficaba el tema con algunos ejemplos que tienen que ver con hábitos: las adicciones, el paso de una mala alimentación a una saludable, el hábito de hacer ejercicio, dejar de tomar café o alcohol en exceso, el control de nuestro carácter explosivo o comenzar un tratamiento médico que requiera el uso controlado y responsable de un fármaco, son todas conductas que requieren de CAMBIOS de comportamiento que no son fáciles de realizar. Esto a nivel personal, pero como es obvio, si es difícil para UNA persona generar cambios de hábitos en su vida personal, imagínense lo difícil que puede ser generar cambios a un nivel ORGANIZACIONAL (empresas) o a un nivel POBLACIONAL (social)!! 
Hace un tiempo leí el libro "Switch" de los hermanos Chip y Dan Heath (tienen otro libro notable que se los recomiendo, "Made to Stick") donde abordan justamente el tema del CAMBIO desde una perspectiva bastante científica (el libro está muy bien documentado) pero también desde un punto de vista práctico ya que identifican los pasos críticos que se deben respetar para que cualquier cambio - sea personal, grupal, organizacional o social - se pueda realizar de manera exitosa.
Lo que sigue a continuación vendría a ser un resumen comentado de los insights más interesantes que encontré en este libro...

EL ELEFANTE Y EL JINETE
Es un hecho: TODOS los esfuerzos de CAMBIO tienen algo en común: Para que algo cambie, alguien tiene que empezar a pensar y actuar de una forma distinta. Y acá está el problema. No basta con que una persona SEPA que algo le hace mal (TODOS los fumadores SABEN que el cigarro produce Cáncer...), sino que además hay que modificar lo que la persona siente respecto al tema, su conexión EMOCIONAL con respecto al problema (un altísimo nº de mujeres fumadoras, deja de fumar durante su embarazo).
El problema es que todos nosotros venimos con una pequeña "falla de fábrica" que genera un eterno conflicto interno difícil de solucionar (pero no imposible)... 
Los hermanos Heath, en su libro citan a Jonathan Haidt, Ph.D en Psicología de la Universidad de Pennsylvania, que hace una analogía realmente notable en su libro "The Happiness Hypothesis".
Explica que en nuestro cerebro conviven (y luchan día a día) nuestra parte emocional y racional. El dice:
"Nuestro lado emocional es como un Elefante y nuestro lado racional sería su Jinete. Encaramado sobre el Elefante, el Jinete sujeta las riendas y pareciera estar liderando la situación. Pero el control del Jinete es precario comparado con la fuerza del Elefante. Cada vez que el Elefante de seis toneladas y el Jinete difieran con respecto a la dirección a seguir, el Jinete perderá. No tendrá nada que hacer..." 
A simple vista se observa que es una relación sumamente asimétrica no? Y justamente ésta es la razón de por qué nos cuesta tanto, pero TANTO cambiar.
Nuestro lado EMOCIONAL (el elefante) es nuestra parte instintiva, la que siente dolor, placer y que siempre piensa de forma cortoplacista, o sea, busca la gratificación inmediata vale decir, comprarnos algo AHORA aunque no tengamos $, pegarnos el atracón de comida, tomarnos todos los tragos que desfilen por delante (y para qué voy a seguir con otros ejemplos de dudosa reputación... ustedes entienden no?). Muy típico en personas que quieren TODO y lo quieren AHORA!
Nuestro lado RACIONAL en cambio (el jinete) es el encargado de analizar, pensar, proyectar y estudiar a cabalidad cada una de las opciones posibles en cada contexto, de tal forma que nuestras decisiones sean lo más "adecuadas" posibles. Nuestro lado racional es también el encargado de pensar más allá del momento actual, en el largo plazo.
Generalmente los esfuerzos de CAMBIO fracasan por culpa del elefante porque el tipo de cambios que queremos implican sacrificios a corto plazo (no pegarse el atracón de comida o copete, no hacer zumbar la tarjeta de crédito, etc...) para obtener compensaciones en el largo plazo (estar decentemente sano y delgado, no caer en DICOM por exceso de deudas, etc...).
Por lo tanto, el hecho de que estemos gordos, sedentarios, hipertensos, con tendencia a la diabetes, que seamos fumadores, buenos para tomar alcohol, endeudados y consumistas, etc, etc, etc... es principalmente culpa de nuestro impulsivo, malcriado y goloso elefante y también del jinete que casi siempre es incapaz de mantenerlo en el camino correcto para llegar a destino.
Pero el elefante no aporta sólo problemas y descontrol, de hecho tiene una gran fortaleza.
Recordemos, el elefante se mueve en el terreno de las emociones, la lealtad, la simpatía, la compasión, el amor, el odio, el remordimiento, el sentido de supervivencia... todo esto y mucho más es el elefante. Pero más importante aún, cuando se trata de realizar un CAMBIO el que finalmente consigue que ese cambio se produzca (o no) es nuestro vilipendiado elefante! Es él el que aporta la la fuerza bruta, la energía, la pasión y la determinación necesarias para realizar ajustes y cambios bruscos. Y justamente esta fortaleza del Elefante es la que, en parte, puede compensar la GRAN debilidad del Jinete: Que no deja de darle vuelta a las cosas! Puede que tu mismo conozcas gente que para pedir un plato en un restaurant se toman 20 minutos o más, o por ejemplo, personas que en su trabajo les cuesta mucho tomar decisiones porque les dan una y mil vueltas a asuntos que no parecen TAN complicados... Algunos llaman a este fenómeno Parálisis del Análisis y el Jinete es experto en "quedarse pegado" analizándolo todo sin llegar a soluciones concretas...
Por lo tanto, para que realmente se produzcan CAMBIOS REALES uno debiera apelar tanto al Jinete como al Elefante. El Jinete aporta Análisis, Planificación y Dirección. Por otro lado el Elefante va a poner su cuota de Energía, Motivación y Determinación.
El desafío entonces sería lograr que estos dos se pongan de acuerdo...


LA FÓRMULA DEL CAMBIO
En este gráfico intento resumir los tres pilares del libro de los hermanos Heath. Ya sé, el gráfico no es de lo mejor pero qué le vamos a hacer... El diseño gráfico no es lo mío...
En fin, lo que quería mostrar en todo caso son los tres pilares del CAMBIO:
1-Dirigir al Jinete
2-Motivar al Elefante y
3-Allanar el Camino.
A continuación voy a resumir (lo más que pueda) cada uno de estos tres puntos y lo más probable es que se den cuenta que muchas veces han estado absolutamente mal enfocados a la hora de intentar realizar cambios ya sea a nivel personal, familiar, grupal o laboral.






DIRIGIR AL JINETE

Este punto se compone de tres comportamientos específicos:
a) Identificar y seguir las excepciones: Cuando uno quiere cambiar algo, generalmente se centra en todo lo que está mal, lo que no funciona, en todo lo que nos lleva al desastre, pero casi siempre hay algunos elementos que no están tan mal...
Este punto se trata de encontrar en una situación compleja, qué es lo que SÍ funciona, lo que resulta bien, y entonces replicarlo. No es tan difícil partir por acá por lo mismo es un buen ejercicio para comenzar con cambios complejos.
b) Redactar los movimientos críticos: Se trata de no pensar en la situación general (compleja) para comenzar a trabajar en términos de comportamientos específicos.
Por ejemplo, un médico podría decirle a su paciente: "quiero que reduzcas tu consumo de grasas"... pero esa indicación es un poco vaga y poco precisa. Mejor sería que le dijera: "Desde hoy vas a tomar solo leche descremada y vas a eliminar ese paté que tanto te gusta!".
Eso es un movimiento crítico. Claro, conciso, preciso y constituye otro buen punto para comenzar.
c) Apuntar al destino: El cambio es más fácil y llevadero cuando uno sabe claramente donde va y por qué vale la pena cambiar. Acá se trata de fijarse metas concretas, desafiantes pero alcanzables. Pero lo más importante es que sean lo más concretas posibles: Vas a bajar 5 kilos en 1 mes, solo vas a fumar 2 cigarrillos al mes durante este mes y ninguno el próximo mes, etc.
Recuerda que el jinete es RACIONAL y debe ENTENDER claramente donde va y porqué va hacia allá.


MOTIVAR AL ELEFANTE
a) Identificar el sentimiento involucrado: Recuerden. El elefante es nuestra parte EMOCIONAL. Vive, respira y se mueve producto de la emoción. Necesita un driver potente para desatar toda su fuerza y empuje y no hay nada que motive más que un sentimiento poderoso bien canalizado. Puede ser supervivencia, amor, rabia, vergüenza, etc... Sea cual sea, se debe identificar este sentimiento de NECESIDAD DE CAMBIO y apalancarse en éste para producir cambios complejos.
b) Reducir la dimensión del cambio: Se trata de fragmentar el cambio, dividirlo en etapas más pequeñas y con cambios escalonados y menos traumáticos. De esta manera evitamos atemorizar al elefante y generar una inercia de cambio en la medida de que vayamos paulatinamente logrando pequeños triunfos.
c) Hacer que aflore el orgullo: Este punto es muy importante. Consiste en cultivar un fuerte sentido de identidad y orgullo ya sea personal u organizacional en el caso de cambios en grandes grupos de personas (empresas por ejemplo). El orgullo logra cohesionar y alinear a las personas en función del logro de un objetivo común y se comporta como un replicador y amplificador de la inercia de cambio.

ALLANAR EL CAMINO
Este punto consiste en las 3 acciones estratégicas que se deben tomar para ir eliminando poco a poco los obstáculos que siempre aparecen y facilitarle un poco el camino al elefante y su jinete.
Veamos cuáles son:
a) Modificar el entorno: Suena a un consejo de sentido común y justamente eso es!
Si usted quisiera que alguien deje su adicción a las drogas, haría algo con el entorno inmediato de esa persona? Obvio que sí no? Quizás habría que restringirle su acceso a ciertos lugares, ciertas personas e incluso restringirle su acceso a dinero en efectivo. Esta es la única manera de que los cambios generados en los pasos comentados anteriormente, no sean interferidos por el entorno. Esto aplica a las personas que quieren dejar de fumar, comer grasas, azúcar o sal en exceso o a las empresas que requieren hacer grandes cambios pero deben además hacer modificaciones importantes en su entorno inmediato. 
Se trata finalmente de hacer que los comportamientos adecuados se hagan un poco más fáciles y los comportamientos inadecuados un poco más difíciles... Así de simple.
b) Crear Hábitos: El entorno refuerza o debilita nuestros hábitos. Y cuando pensamos en hábitos inevitablemente pensamos en MALOS hábitos (mordernos las uñas, comer a deshoras, etc) pero también podemos tener BUENOS hábitos (salir a trotar todos los días, tomar un buen desayuno, etc...). Por qué son importantes los hábitos? Porque son comportamientos AUTOMÁTICOS y permiten que los buenos comportamientos se produzcan sin la intervención del jinete, casi en modalidad "piloto automático". Para cambiar necesitamos cambiar nuestros hábitos y a su vez, nuestros hábitos están profundamente ligados al entorno y al contexto en el que nos movemos. 
Para cambiar de hábitos, por lo tanto, lo primero que hay que hacer es modificar el entorno. 
Otro punto importante es generar un desencadenante de acción, vale decir una acción consciente que la vamos a asociar a otra acción deseable (el hábito). Por ejemplo: Todos los días, a la vuelta de ir a dejar mis hijos al colegio (desencadenante de acción), voy a salir a trotar 40 minutos (hábito). Estudios recientes comprueban que las personas que definen desencadenantes de acción demoran 3,5 semanas en establecer un hábito v/s 7,7 semanas en personas que no los utilizan.
Lo interesante de los hábitos es que SIEMPRE APARECEN. Ya sea buenos o malos hábitos, de manera consciente o inconsciente... 
c) Aprovechar la fuerza del grupo: Este tema también es de sentido común y ampliamente sabido. La gente se POTENCIA en grupo y sus comportamientos se refuerzan. Este refuerzo obviamente puede ser positivo o negativo.
Es natural que las personas se comporten en grupos según lo que observan en ese grupo. De hecho todos los estudios apuntan a que las personas modifican sus comportamientos cuando se encuentran reunidas con otras personas, casi como si se contagiaran unas a otras. Hacemos determinadas cosas simplemente porque vemos que las demás las hacen. (De hecho es tan cierto este punto que el Dr. Nicholas Christakis de la Harvard Medical School hizo un seguimiento a 12.067 personas durante 32 años y concluyó que cuando una persona se vuelve obesa, la probabilidad de que sus amigos más íntimos también se vuelvan obesos se TRIPLICA! Datos parecidos se encuentran con personas alcohólicas, fumadoras o ludópatas...).
Pero una situación de cambio es más compleja porque nadie sabe bien qué hacer! 
En este caso es importante que el líder impulsor del cambio se "cuelgue" del hecho de que "las personas imitan el comportamiento del grupo" y debe CREAR UN GRUPO de cambio. Personas que estén comprometidas y convencidas de que es importante cambiar y que generen una inercia de cambio que sea difícil de vencer por las personas que se resisten a el.
Se pueden establecer métricas y estándares de cambio claros y medibles, además de comunicar (reforzar) los comportamientos positivos cuando comiencen a suceder. 
Esto crea aún más inercia de cambio y hace más fácil que tanto el elefante como el jinete puedan transitar exitosamente hacia un camino de cambio donde todos salen ganando, las personas, los grupos, los entornos, las organizaciones y por qué no decirlo, las sociedades completas.


Saludos a todos!
D.M.P

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