"Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos"
John F. Kennedy
(haz click en cada una de las fotos para verlas en alta resolución)
A mediados del año pasado Rodrigo Orellana de la Fundación A mí si me importa nos invitó a Humberto Segura y a mi a participar como fotógrafos en una exposición que consistía en retratar la pobreza más dura de nuestro país, la cual recorrió varias universidades y municipalidades de Santiago y otras regiones de Chile. La idea era visitar varios campamentos de extrema pobreza localizados en zonas periféricas del sur de Santiago con el fin de diagnosticar las necesidades más urgentes, comunicarlas a las respectivas municipalidades y conseguir fondos y redes de contacto para ayudar en lo que se pueda a los pobladores de estos campamentos.La exposición la llamamos "Punto Ciego" porque estos campamentos son reales, existen, hay muchos de ellos, pero al parecer el resto de la sociedad no los ve, es como si fueran invisibles al transeúnte (algunos de estos campamentos se encuentran enclavados en la mitad de centros urbanos), son verdaderos Puntos Ciegos en nuestra sociedad. Sabemos que están ahí, sabemos que existen, pero en realidad hacemos vista gorda del problema. Total esto de la pobreza le ocurre a "otra gente"...
Les confieso que yo nunca había participado de algo así. La verdad es que, como muchos de ustedes, nunca había tenido ese espíritu de entrega y de altruismo que tienen las personas que se involucran en este tipo de programas o fundaciones de ayuda social, de hecho era de los que andaba siempre sospechando dobles intenciones de este tipo de fundaciones... mmmm... Para dónde irán realmente estos fondos? Qué es lo que buscarán con esta "ayuda altruista y desinteresada"? Qué ganan con todo esto??? pensaba yo...
También era de los que me encantaba opinar al respecto de la pobreza; de las cifras en Chile, de cómo estábamos en comparación con países vecinos o países desarrollados, de las razones históricas, macroeconómicas y hasta culturales de la pobreza. Claro, todo esto según lo que he leído y estudiado respecto al tema, algo así como un conocimiento "modalidad usuario", de escritorio, sin haberme nunca embarrado los zapatos en un lugar donde realmente se sintiera, respirara y viviera el tema... Así es fácil opinar no?



Dentro de un campamento de extrema pobreza hay familias completas que viven el día a día en condiciones muy deplorables pero se las arreglan para poder tener su media agua, y condiciones básicas para subsistir (la mayoría de los casos). Pero también hay otras realidades mucho más extremas dentro de los mismos campamentos...
Les quiero dejar una historia que es lejos la que más me impactó:
Miren bien por unos segundos la foto. Les presento a José de 26 y a Jessica de 29, una pareja de pobladores del Campamento J. Ochagavía en San Bernardo. La foto fue tomada el día 23 de mayo del año pasado, un día que hacía mucho frío y que estaba lloviznando, de esa llovizna que lo moja absolutamente todo.
El impacto que tuve cuando nos acercamos a ellos con Rodrigo fue de verdad indescriptible, lo sentí como un golpe en la guata, realmente no podría creer en las condiciones que vivían…
Ellos son los “marginados” dentro de este universo paralelo que es un campamento de extrema pobreza, imagínense. Ellos son los más pobres y relegados dentro de los pobres. De verdad me cuesta explicarles con palabras lo que vi ese día…
Ambos adictos a la pasta base, habían postulado en dos ocasiones anteriores a través de la municipalidad a una media agua. En las dos ocasiones les habían entregado su media agua, pero al parecer la adicción fue más fuerte que el deseo de formar una familia y surgir.
Las dos media aguas las vendieron para comprar pasta base y al final quedaron viviendo en un basural que circundaba al campamento y se instalaron debajo de unas lonas de plástico que pusieron entre unos bloques de cemento que alguien botó en el basural.
La imagen era francamente conmovedora, de hecho esta es la única foto que les tomé, quizás por pudor o por el impacto que me provocaba la escena. Simplemente no pude seguir tomando fotos.
Nos acercamos muy amistosamente (y con mucho cuidado también) y les explicamos de donde veníamos y por qué estábamos ahí. Nos contaron que Jessica además estaba con un cáncer terminal y estaba con muchos dolores. Por falta de dinero para locomoción y medicamentos básicos, ella había decidido dejar su tratamiento y esperar que pasara lo peor. Por mientras estaba la mayor parte del día drogada para poder mitigar en algo los dolores que sufría.
José no se despegaba de ella y trataba de hacer lo posible para conseguir algo de dinero para comprar droga y lo mínimo de comida para no morir de hambre. Así de trágica la escena…
Creo que cuando uno ve algo así es imposible que no se reordenen algunas cosas en tu cabeza.
Me acuerdo que ese día llegue de noche a mi casa, con bastante frío, mojado, con hambre y los jeans y las zapatillas embarradas de la “canilla” hacia abajo. Tenía un nudo en la garganta y me costaba tragar…
Me saqué la ropa, me duché con agua bien caliente, me sequé y me volví a vestir.
Me senté al borde de la cama y no podía dejar de pensar en José y en Jessica. Pensaba en qué estarían haciendo a esa hora, habrán podido conseguir algo para comer? Estarán tomando un té o un café quizás? Estarán fumando pasta base para poder capear el frío, el hambre y los dolores de Jessica?

Nunca había vivido tan de cerca la injusticia, la miseria, el abandono y la desesperanza.
Creo que me hizo bien. Me obligó a pensar, me obligó a reflexionar, me obligó a modificar mi escala de prioridades y a no complicarme tanto por tonteras que en verdad no tienen ninguna importancia.
Desde ese 23 de mayo del 2010, cada vez que me complico, me enojo o me pongo a alegar por algún tema trivial, trato de acordarme de José y de Jessica… Y me siento estúpido, mal agradecido y culpable...
Me trago mis palabras, esbozo una sonrisa y continúo como si nada hubiera pasado...
D.M.P
Me trago mis palabras, esbozo una sonrisa y continúo como si nada hubiera pasado...
D.M.P
Maravilloso tu relato. Te juro que me hiciste llorar y pensar.
ResponderEliminarAndrea S.
Fuerte realidad. Buenísimas las fotos.
ResponderEliminarGracias por compartir la experiencia.
I.H
Te felicito. Logras traspasar las amargas sensaciones que viviste.
ResponderEliminarUn abrazo, Rodrigo Guendelman