jueves, 19 de agosto de 2010

Los trabajólicos. Héroes v/s Mortales...

Pareciera que nuestra cultura, nuestra sociedad y nuestros jefes celebran la existencia de los "trabajólicos".
Todos hemos conocido a alguno de estos tipos, que se jactan de lo mucho que trabajan, de lo poco que duermen, de que son los primeros en llegar a la oficina y los últimos en irse, de que absorben pega de otros miembros de su equipo de trabajo, etc, etc, etc...
Pareciera que ninguna carga de trabajo es suficiente para estos individuos, casi como para darles una medalla de honor por esta actitud sistemática de "inmolación laboral" a la que se someten a diario. Pero aquí es donde viene la reflexión de rigor: Ser y comportarse como un trabajólico no solo es estúpido, sino que además es absolutamente innecesario.
Trabajar más no significa necesariamente que consigas mejores resultados, tampoco significa que tu trabajo te importe más, que seas mejor trabajador, que seas más útil o estés más alineado con tu empresa...
Solo significa que "trabajas" más. Punto.
De hecho los trabajólicos, con esa actitud de "héroe laboral" se crean muchos más problemas de los que resuelven.
El primero que se podría comentar tiene que ver con las consecuencias que tiene ser trabajólico en el propio cuerpo. El ritmo de trabajo que adopta un trabajólico simplemente no es sostenible en el tiempo. En algún momento el trabajólico se "funde" (de ahí el síndrome de Burnout) y termina con un complejo cuadro que incluye síntomas como irritabilidad, desconcentración, deterioro de la memoria, cefaleas frecuentes, fatiga mental, dolores musculares y problemas de sueño (que ayudan a que se auto perpetúe este "lindo" cuadro).
Quizás el problema de fondo con los trabajólicos sea que están simplemente mal enfocados. Tratan de solucionar problemas "tirandole tiempo encima", como si trataran de compensar la falta de creatividad o la flojera intelectual con fuerza bruta. 
Obviamente este abordaje de los problemas solo puede resultar en soluciones bastante ineficientes y "poco elegantes".
En algunos casos incluso se ha observado que se comportan como verdaderos generadores de problemas y crisis. No intentan buscar maneras más creativas rápidas y eficientes para solucionar los problemas porque de hecho disfrutan trabajar horas extra y que su entorno los considere como héroes. En otras palabras, lo mejor que le puede pasar a un trabajólico es que se presente un problema o crisis para tirarse de cabeza a trabajar horas extra en busca de una solución (que generalmente demora mucho más tiempo de lo que debería).
Otro efecto indeseable de los trabajólicos se puede observar en su entorno directo. El resto de su equipo de trabajo (que trabajan las horas que deben trabajar) comienzan a sentirse culpables, incómodos, malos trabajadores, poco comprometidos y malos colaboradores porque solo trabajan las horas que deben trabajar!

Resultado? lo más probable es que ante un escenario así se instale la cultura de "calentar asiento", o sea trabajadores que pese a haber terminado de manera correcta todas sus obligaciones se quedan hasta más tarde para que los demás no piensen que trabajan menos o que "sacan la vuelta". Claramente una actitud bastante ineficiente, poco inteligente y "de pantalla". 

En definitiva, los trabajólicos NO son más eficientes ni rinden mejor que los no trabajólicos. Ellos pueden argumentar que sí rinden mejor, que trabajan más y que son "perfeccionistas", pero la realidad bastante es distinta. Solo se trata de individuos expertos en perder tiempo, en solucionar problemas ficticios, en centrarse en detalles irrelevantes y en retrasar, complejizar y dilatar proyectos.
Yo creo que debería haber un cambio de óptica radical con respecto a este tema.
El héroe no es el trabajólico que se queda hasta altas horas de la noche en la oficina. 
El héroe es el que a esa misma hora, ya está hace rato en su casa, con su familia, porque encontró una manera más rápida, eficiente y creativa de solucionar sus problemas laborales.
El sí que agrega valor. Y por partida doble...

Saludos a todos!


D.M.P

2 comentarios:

  1. Trabajar mucho está absolutamente sobrevalorado. Algo necesario para ser un poquito más feliz, es dedicar mas tiempo a cosas que te hacen feliz, como la familia, el deporte, el descanso o lo que sea que te guste hacer. Pero para tener ese tiempo, necesariamente hay soltar el lapiz más temprano, pero eso al parecer, es pecado mortal.

    ResponderEliminar
  2. Me llegó esta columna, me considero un trabajólico y hasta me enorgullecía de serlo.
    Después de serlo durante mucho tiempo siento que lo que escriben es verdad. He entrado en un período muy desgastante e ineficiente en términos laborales...
    Gracias por el artículo...
    A.H

    ResponderEliminar