En el mundo de los negocios, y más específicamente en el de las empresas emergentes o en los nuevos emprendimientos se ha vuelto común escuchar la palabra "Fracaso". Todos hablan de lo difícil que es el mundo de la empresa, de la alta competitividad, de que por cada 10 nuevas empresas 8 o 9 terminan en un fracaso, de que es muy difícil penetrar algunos mercados, que "los grandes se comen a los chicos", que hay muy pocas oportunidades de negocio, etc, etc, etc...
A este panorama pesimista se le suman algunos argumentos a modo de "premio de consuelo" y que se repiten como "mantras". Algunos de estos son: "que uno tiene que aprender de los fracasos", "que el fracaso es importante para construir el carácter y que forma parte del aprendizaje natural de los negocios", "que los fracasos a uno le dan una mejor perspectiva del negocio", y varios más de ese mismo estilo...
Con todos estos comentarios pesimistas y tanta estadística en contra uno queda con la sensación de que el fracaso es normal, natural, esperable y hasta que pudiera ser importante y deseable que ocurriera!
Ahora, si uno se pusiera un poco más crítico puede argumentar que todos estos datos estadísticos, "frases para el bronce" y comentarios apocalípticos solo reflejan el fracaso de otras personas y de otras empresas y que no tienen nada que ver con tu negocio, tu empresa o con tus ideas.
Si otras personas no han podido desarrollar productos o servicios innovadores, eso no tiene nada que ver contigo. Si otras personas no han podido construir buenos equipos de trabajo, o no han sabido llegar de manera efectiva a su grupo objetivo, o no han podido introducir su producto en un mercado, eso no tiene nada que ver contigo.
Y con respecto a eso de que "uno tiene que aprender de sus errores" (el más grande de los clichés), yo me pregunto: ¿Qué es lo que uno puede realmente aprender de los errores?
Si comparamos esto con el aprendizaje que uno puede tener de sus éxitos nos podemos dar cuenta inmediatamente que uno puede aprender y sacarle mucho más provecho a estas experiencias positivas y exitosas que a las experiencias negativas de fracasos. Son los éxitos los que nos entregan información realmente valiosa. Cuando emprendemos alguna acción que genera un éxito inmediatamente tenemos información relevante de qué resultó, que impacto generó y lo lógico sería que en un futuro vuelva a replicar la formula e idealmente la mejore. Lo más probable es que me vuelva a ir bien o incluso mejor que la vez anterior.
El año 2009, cuatro académicos de la escuela de negocios de la U. de Harvard (Paul Gompers, Anna Kovner, Josh Lerner y Davis Scharfstein) publicaron los resultados de un estudio que analizó más de mil nuevas empresas durante 1986 y 2003. Básicamente ellos determinaron que los empresarios que ya han tenido un éxito en un primer negocio tienen un 34% de probabilidades de volver a tener éxito en un segundo negocio. Por otro lado, los empresarios que han tenido un fracaso anterior (empresa declarada en quiebra) tienen una tasa de éxito para su segundo intento de un 23% que es exactamente la misma tasa de éxito que tienen los nuevos emprendedores en su primer intento de negocios.
Conclusión: En el campo de los nuevos negocios, un primer intento que termina en fracaso se traduce en cero aprendizaje o dicho de otra forma, intentar una vez y fracasar aporta la misma información que no haber intentado nada y las posibilidades de éxito en estos dos casos es exactamente la misma (23%).
Por lo tanto son los éxitos las experiencias que realmente nos aportan, que nos enseñan y que definen en gran medida la posibilidad de volver a tener éxito.
Donde dejamos al fracaso en todo esto? Donde siempre debió haber estado, en un lugar secundario en términos de experiencia, de aprendizaje y de utilidad…
Mal que mal, la supervivencia de las especies se basa en los éxitos genéticos, no en los fracasos… Y a la luz de estos datos, al parecer ocurre lo mismo en los negocios…
http://nyti.ms/tmMy
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